LOS VECINOS DE ARRIBA (CRITICA ENERO 2018)
- eslacuartapared
- 6 feb 2018
- 2 Min. de lectura

Cuando un matrimonio decide invitar a otra pareja del mismo edificio para tener una cena tranquila y conocerse un poco más, no espera que esa noche vayan a salir a la luz los sentimientos más guardados y jamás mostrados.
Sobre el escenario, cuatro actuaciones impecables. Cuando las personas que ponen el cuerpo para dar vida a esos personajes tienen oficio, la platea lo disfruta y aplaude. Rafael Ferro compone un personaje muy bien logrado con características particulares que hacen reir; Julieta Vallina se encuentra con un personaje justo para ella, el cual le permite jugar en escena con sus compañerxs; Florencia Peña puede pasar de la risa al llanto en un segundo y hace un trabajo magistral durante el transcurso de la obra. Por último, Diego Peretti está en su salsa. Desde un personaje con una postura tradicional, apunta a la reflexión gracias a su gran actuación y manejo del humor.
Pero las dos actrices y los dos actores no están sólxs. Para llegar a este gran producto,

se encuentra Javier Daulte en la dirección cuidando cada detalle de la puesta en escena. La corporalidad y la actitud de Ana (Peña) al comienzo de la obra es una gran elección del autor, del director y también de la actriz para poder comenzar con el desarrollo de la historia y encontrar así relaciones a lo largo de la misma. Daulte no es sólo el director sino también quien versionó la obra de Cesc Gay, adaptándola a nuestra cotidianidad para que la audiencia ría sin parar. Ademas, la escenografía de Alicia Leloutre está correctamente diseñada para la historia que se cuenta.
Los Vecinos de Arriba es una comedia que trata las diferentes elecciones en las parejas de una manera astuta y respetuosa. Con el humor como ingrediente principal, es una comedia que no se la pueden perder, de miércoles a domingos en el Teatro Metropolitan Sura.

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